jueves, 14 de mayo de 2009

EL NIÑO MIGUEL

Simplemente sin palabras. Arte y desgracia a la vez.


miércoles, 4 de marzo de 2009

UNA TARDE DE LLUVIA, BRASERO Y MELANCOLÍA

“NO SOPORTO LA MEDIOCRIDAD”


Esta es una frase que escuche por primera vez cuando tenía 22 años (quien los recuperara).

Me dejó impresionado, primero por quien me la dijo y segundo por que la primera reflexión que tuve sobre ella, fue de repulsa, denotaba altivez y soberbia, pensé que nunca la utilizaría ni la aplicaría a nada ni a nadie.

Esta frase me ha ido acompañando durante mucho tiempo y como era de esperar ha ido evolucionando su significado y su utilidad.

Me declaro totalmente identificado con ella, pero por supuesto con el significado que para mí tiene ahora y en este momento.

No soporto la mediocridad de las personas que piensan que tienen la verdad absoluta de las cosas y les ciega o más bien no comprenden que pueda haber personas que te sorprendan e incluso te corrijan.

No soporto la mediocridad de los que piensan que la capacidad de crear, de ayudar, de movilizar y de colaborar en la sociedad, está vetada a aquellos que obtuvieron un reconocimiento académico, vamos un Título. Frases como “sí pero con un título llegas a comprender y hacer las cosas mejor, como tiene un título”.

No soporto la mediocridad de aquellos que se regodean de las debilidades humanas, de cualquiera de ellas, por duras y conflictivas que resulten, pero en definitiva debilidades de nuestro ser. Siempre hay que dar una oportunidad a la integración, la evolución y la rectificación de las personas.

No soporto la mediocridad del fundamentalista. Del ultra en cualquier aspecto, mas bien me compadezco de el, pues creo que tiene un auténtico problema con su pensamiento, pues siempre terminara cabreado e incomodando a alguien y nunca alcanzará la plenitud de la felicidad.

No soporto la mediocridad del sistema social y económico impuesto en el mundo, incapaz de solucionar miserias y conflictos que lo único que traen son muerte y desolación ya sean por motivos terrenales, ideológicos o espirituales.

No soporto la mediocridad de aquellos que se hacen valorar y lo único que han realizado es “rentabilizar” la herencia de sus mayores. Normalmente no se dan cuenta que lo que hacen es humillar precisamente esa herencia y comportase contrariamente a lo que le inculcaron.

No soporto la mediocridad de aquellos que intentan opinar encubriéndose en lo que pensaron o dijeron otras personas, me gusta más correr el riesgo de decir y convencer con el pensamiento propio de uno.

En fin y ustedes diréis “vaya tela como esta manué”, pues se despide de vosotros un mediocre o no. Memorias.

lunes, 5 de mayo de 2008

LA LIBRETA DE LA PANDILLA


Esta es la historia de como creamos una pandilla.Seguramente sería un día de verano, entre el 74 y el 75 ( tenía 8 o 9 años). En la plaza Ramón y Cajal, sentados en el banco frente de Monca, o mejor dicho, de la tienda de bicis y repuestos de Morian, allí estabamos María Fleming, Delia Delgado, Marta Zarza, Ignacio Rodriguez, Manolo Vazquez, Miguel Angel Dominguez, Pepe Batanero, Diego Batanero (Filli), mi hermana Rocio y Yo.
Eran días de jugar al futbol detrás del porche de la iglesia o en la calle abajo, jugar a la lima en el corralón al final de la calle abajo, a los indios en el patio de Diego Batanero (el filli) o a las casitas con las niñas, si señor, a las casitas, sobre todo en el granero de María Fleming, yo hacía casi siempre de perro, eso de ir a gatas tenía sus ventajas de perspectivas...
Seguramente provocado por el afán de organizar algo decidimos que había que formar una pandilla, a lo que María Fleming dispuso que había que comprar una libreta y apuntar en ella a todos y todas los que participarían en la pandilla. El nombre de la reunión estaba claro "La pandilla de la Plaza", simple pero apropiado. Por supuesto se dispusieron unas normas para que pudieran incluirse.1º.- Había que vivir en el centro del pueblo. Valían las calles Valle de la Fuente, Real de Arriba y Abajo, del Sol, Don Rodrigo, Camacho, etc.2º.- Tenías que tener 8 0 9 años. Recuerdo que tuve que utilizar todos mis recursos para incluir a mi primo Manolete.3º.- Los juegos de la plaza. Un, dos, tres, pollito inglés. Policías y ladrones. El colorao (juego que se realizaba aprovechando el dibujo antiguo de la solería de la plaza). La piola. Los burritos cagajones ( o como fuese). El roa roa, bien con las posaderas propias o toda una novedad que era tirandonos con las cajas vacias de cerveza o coca-cola del templete, se marcaron varias espectaculares marcas.En la plaza gastabamos literalmente las suelas de los zapatos.Creo que lo único que se escribió en la libreta fué la lista y núnca más se utilizó. Lo que sí quedó para siempre es una amistad y un cariño sincero entre todos los que figuramos en la lista, no es que perdurara la pandilla, de echo, no duro mucho y la mayoría nos vemos casualmente, pero siempre que nos vemos surge, al menos, un cariño especial.
Continuará...

lunes, 14 de abril de 2008

UN SUEÑO CUMPLIDO


Esta es la historia de mi casa en el campo.
Andaba buscando un terrenillo para hacerme una casilla, cuando mi compañero de la Oficina de Valverde, Fernando, me comenta que su suegra vende uno cerca de los pinos, le digo que vamos a verlo y esa misma tarde fuimos Fernando, su suegro que en paz descanse el hombre y yo. Cuando me iban indicando donde era el terrenillo empezé a sentir un escalofrío, cada vez más cerca y por fin al llegar, cuando me dijeron este es, casi me pongo a llorar. Aquel lugar era VILLA HABANERA.
Imaginaros que conmoción era "El lugar soñado para pasar....." en fin casi ná. Cuando ya tuve asegurada la compra, fuí a buscar a mi padre y le dije. Papa paso a recogerte esta tarde que vamos a dar un paseo. Sin decir ni "media", nos dirigimos al terrenillo y cuando llegamos le pregunto, ¿Papá sabes que sitio es este? El riéndose y medio cabreao por los baches y movimientos del coche, me dice, "joio masconazo pues que va ser Villa Habanera" y paso a contarme, como en tantas ocasiones, como creo la habanera de su alma. Cuando terminó le dije, "pues ya puedes ir pensando como me diseñas el azulejo que presida la entrada a mi parcela". El se quedó embobao y con lágrimas en los ojos me cantó, allí en medio del paraje, en una tarde fría pero soleada y con todo su corazón, su habanera.
No lo olvidaré jamás y creo que tuve un privilegio que muchos hijos quisieran tener, el cual es, ver cumplido un sueño de tus padres.Un saludo. Madolo